lunes, 14 de abril de 2008

!Salir de la tumba i decir lo que somos!

Desde hace unos meses el mundo entero esta trastornado con la crisis financiera que ha hecho remecer a los mas firmes murallas del capitalismo, es un época de zozobra, en la que no se sabe que ira a pasar el día de mañana, todos los días por los periódicos y la televisión vemos que la bolsa de valores de todo el mundo caen y algunas veces levantan para luego caer de forma estrepitosa.

En medio de tanta incertidumbre se vuelve abrir el debate de monetaristas y keynesianistas en la cual sev uelve a debatir el rol del estado, tantas veces dejado atrás por la escuela que el día de hoy pone en crisis al mundo. Desde la década del 90 los seguidores de keynes habían estado ocultos, ensombrecidos por la toma del poder de gobiernos neoliberalista, pero a  merced de lo que sucede hoy, estos han vuelto a tomar poder dentro de la escena económica.

Es en estos momentos en que debe dar paso una nueva generación, que propugne una renovación del escenario político – económico, pero también del escenario ético, que se ha visto manchado por el tinte egoísta de una sociedad individualista la cual solo le importa el beneficio personal a costa del beneficio del conjunto de la sociedad.

En esta ocasión mi critica la concentro desde el punto de vista moral, el cual deja mucho de desear de valores fundamentales como la solidaridad y el respeto al ser humano. Durante dos décadas seguidas venimos aplicando medidas que al inicio deja a mucha gente desprotegida, prometiéndoles después que a largo plazo la situación se estabilizará y que los afectados podrán disfrutar de las bondades del mercado, pero antes de que esto suceda vine una crisis que desata un tsunami de tremendas consecuencias y las familias que se recuperaban por su cuenta vuelven a sufrir otro duro golpe y termina de catapultarlas a la miseria, al olvido, y al resentimiento de promesas incumplidas.

Por si fuera poco junto a ellas estan ahora los nuevos obres, gente de clases media que dejó de serla por no poder resistir los efectos de tan fuerte crisis, crisis que por cierto fue generado por aquellas personas que algún día abogaron por la desregularización del mercado, mercado que vuelve a fracasar por una cuestión lógica, solo a de funcionar cuando exista una competencia perfecta, algo de lo cual está muy lejos de ser los mercados mundiales.

En medio de esta crisis se empiezan a calentar y ha haberse animados los más radicales de la sociedad proponiendo cambios radicales, que solamente así se acabará la desigualdad, sin darse cuenta que aplicando medidas radicales se ocasiona convulsiones sociales las cuales en vez de mejorara la situación la empeoran, por tumbarse todo ara volver a hacer del árbol caído un paraíso el cual muchas veces tampoco termina de ser echo, quedando otra vez en promesas inconclusas.

Dentro de la ira del clamor popular y la desconcertación de la burguesía baja, se debe poner uno a construir una solución con tinte nacional en el cual la voz del pueblo debe ser escuchado, y el florecer de ideas renovadoras que permita de una vez por todas desechar aquellas ideas viejas y maltrechas que ya llegaron a un tope de su vida  y que ahora deben dar paso a la renovación, a la vanguardia de jóvenes pensantes capaces de comprometerse con su país y con el bienestar del, debemos empezar a ver proyectos y modelos exitosos de aquellos países los cuales brindar un nivel de v da de calidad a sus ciudadanos, como los modelos del estado de bienestar de los países nórdicos.

Tal vez ya sea la hora de una verdadera globalización en la cual no solo se traspasen mercancías por los mercados mundiales y también se empiecen a traspasar cultura de pueblos que han obtenido un mejor nivel de vida, empecemos a copiar de aquellos países con solvencia moral, y de estos modelos sintetizar y sustraer lo mejor, teniendo con esto una base para poder construir un modelo filosófico propio el cual puede ser la palanca que nos impulse al verdadero éxito, con desarrollo económico y redistribución equitativa de la riqueza.

Es hora que los intelectuales salgan de los escondites y empiecen a florecer con ideas renovadoras y evolucionistas que hagan de este país algo mucho mejor.

LUCHARÉ POR MI SUPERVIVENCIA,
MORIRÉ POR MIS IDEALES



Lima, 26 de octubre de 2008
                                                                                           GUEVARA, Pedro