sábado, 21 de noviembre de 2009

Por la defensa de la Amazonía: El caso de Bagua

La realidad de nuestra Amazonía nos muestra que esta corre grave peligro por muchos factores actuales en nuestra sociedad. La contaminación ambiental, el afán de lucro de nuestros grupos de intereses económicos y el desinterés de nuestras autoridades por proteger lo nuestro conllevan a que la selva enfrente el peor de todos sus problemas, los pobladores nativos de esta parte del mundo están desprotegidos, son pocas las organizaciones que están apoyando una causa noble, una causa justa, su hogar esta siendo atacado, nuestra ambición destruye con sus pueblos y sus costumbres, no respetamos sus creencias, pasamos por encima de ellos y los consideramos seres inferiores, no respetamos la armonía que existe entre los pobladores y su medio que lo rodea, consideramos que son tontas alucinaciones de personas ignorantes.

            La selva, rincón de paz, rincón de armonía, tranquilidad incomparable, se ve amenazada por muchos lugares, el equilibrio ecológico se esta perdiendo, y nosotros no tomamos conciencia de eso, vemos como todos los días se siguen talando hectáreas y hectáreas de selva del tamaño de una cancha de futbol, vemos la intención de empresas inescrupulosas que quieren construir represas hidroeléctricas inundando miles de kilómetros de selva virgen sin pensar en las terribles consecuencias que esto ocasionaría, todo en nombre del “progreso”, progreso según nuestra visión, un progreso que se considera lo suficientemente sustentado en toda nuestra ciencia para poder dictaminar el destino de lugares que no nos pertenecen, lugares habitados por personas las cuales sus ancestros han estado años y años en esos lugares.

            La selva amazónica corre peligro, nuestra civilización asume como un hecho objetivo el que ellos se “civilicen” de acuerdo a nuestras costumbres, no entendemos que ellos no desean nuestra educación, por el simple hecho que ellos no quieren ser parte de nuestro sistema de mercado, no desean nuestro sistema de salud, porque ellos no tienen las enfermedades que el hombre occidental tiene, y las enfermedades que ellos adquieren son enfermedades que ya saben como curarlas, no desean nuestra ropa, pues la armonía con la que viven les abastece de lo suficiente.

            Los tildamos de ignorantes porque no encajan en nuestro sistema, o porque ellos no saben comportarse en nuestra civilización, pero acaso nosotros si lo hacemos en la de ellos, o cual sería la razón por la que tendríamos que considerar que su cultura es menor a la nuestra, porque no poseen tecnología informática o algo por el estilo ¿? La realidad es que nosotros en la selva no podríamos vivir sin una serie de cosas, cosas que ellos no necesitan porque ellos comprenden a la madre selva, no la destruyen, no son caníbales en busca de lucro como nuestros señores capitalistas, no buscan matar animales porque son competencia para ellos, no extraen recursos destruyendo todo a su paso, saben compensar lo entregado por la naturaleza, viven en paz con ella, porque destruir eso solo porque nosotros consideremos que es necesario que se acoplen a nuestro sistema de mercado.
            No tenemos porque transmitir nuestra cultura a un pueblo que ya posee cultura, visión, mito, tradición y costumbres necesarias para poder vivir en su mundo, mas bien nosotros deberíamos aprender de ellos, porque nosotros destruimos nuestro medio, nos destruimos a nosotros mismos, tenemos un sistema económico inviable a través del tiempo, un sistema energético focalizado en un recurso escaso, y un conflicto con la naturaleza que contamina nuestro medio y destruye nuestras vidas.

            Es hora que dejemos vivir en paz a esta gente, no los atolondremos con nuestros problemas, dejemos un lugar de este bello planeta a salvo, que ese capitalismo depredador no acabe con el último rincón de vida pura de nuestra ambiente, PROTEGAMOS A NUESTRA SELVA, ella nos necesita.

                        MORALES GUEVARA, Pedro Pablo
Noviembre, 2010