jueves, 29 de septiembre de 2011

La reivindicación de Palestina


Lo sucedido el pasado viernes 23 de septiembre en la Asamblea General de la ONU marca un hito en la historia de Palestina. Ese día el presidente del gobierno palestino, Mahmud Abbas[1], presentó formalmente ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas su solicitud para ser aceptado como el estado miembro N° 194 de dicha organización. La acción tomada por el presidente Abbas causó revuelo en el mundo diplomático. 

Estados Unidos dejó en claro que su posición era la de no apoyar el pedido palestino[2], proponiendo como medida alternativa, reiniciar las negociaciones con el Estado de Israel. ¿Cuál es el fondo del asunto? Lo cierto es que para Estados Unidos la acción emprendida por el gobierno palestino choca directamente con sus intereses nacionales.

Por un lado, recordemos que los Estados Unidos, desde la primavera árabe, ha venido apoyando el derrocamiento de una serie de aliados suyos en la región como el de Hosni Mubarak en Egipto, y ha sido uno de los soportes principales para la lucha que derrocó a Gadafi en Libia. Estas acciones le han valido para limpiar de alguna manera su imagen, duramente dañada durante la guerra de Irak, frente al mundo árabe. Pero todos estos esfuerzos podrían caer en saco roto si es que el gobierno estadounidense decide usar su poder de veto ante el Consejo de Seguridad de la ONU[3].

Por otro lado se encuentran los intereses de Israel, su principal aliado en medio oriente[4], pero también el país al que pertenecen muchos de los principales aportantes en la campaña de Barack Obama durante las elecciones del 2008. De dicho país, también provienen algunas de las principales inversiones que se realizan en Estados Unidos[5]. Esta estrecha relación entre los intereses estadounidenses y los israelíes, ponen en un serio aprieto a la administración de Obama: si Estados Unidos no hace algo para impedir el reconocimiento a Palestina, corre el riesgo de perder su apoyo financiero y, lo que es peor, perderlo como socio estratégico en la región. La situación se complica más si agregamos el nada despreciable detalle que China, el principal rival de los Estados Unidos, ha logrado un mayor acercamiento a los países de la región, con quienes viene cerrando importantes negocios.

Israel no solo es un factor, sino que se constituye en el otro actor relevante en esta novela. Este país, desde su instauración en 1947, ha venido expandiendo su territorio a expensas de sus vecinos, violando la resolución N° 181 de la ONU que establecía sus y otorgaban Gaza y Cisjordania para la conformación de otro estado, que vendría a ser Palestina. La preocupación de Israel se debe a que durante todo este periodo han venido cometiendo una serie de violaciones a los Derechos Humanos[6], utilizando como pretexto que la Autoridad Nacional de Palestina supuestamente ha cometido actos terroristas contra la población israelí. Si Palestina es aceptada en la Asamblea General[7], tendría facultades para denunciar esta serie de violaciones ante la Corte Internacional de la Haya, y reclamar justicia para los miles de inocentes asesinados por las acciones israelíes. Si el proceso siguiera los cauces adecuados y sin presiones políticas de por medio, podría significar que gran parte de la élite política de Israel podría terminar tras las rejas.

Otra reivindicación palestina es lograr la declaración de Jerusalén Este como la nueva capital de su Estado[8], pretensión que implica una complicadísima negociación con Israel, puesto que esta ciudad también es sagrada para la religión judía, además de la cristiana y musulmana. Este es tal vez el punto más álgido que ha sido puesto sobre la mesa. Ninguna de las partes quiere dar su brazo a torcer, debido a la importancia que tiene esa ciudad para ambas culturas.

La necesidad de ponerle fin al conflicto árabe-israelí, y en específico, al conflicto con Palestina, ha sido "mecida" por más de 40 años, a pesar de que el pueblo Palestino ha demostrado su deseo de ponerle punto final a esta situación que los mantiene en situación de pobreza y violencia constante, principalmente por los ataques injustificados del ejército israelí a su población civil. Los intereses de China y Rusia, y el aumento sustancial en el poderío bélico de Irán terminan por agravar más la tensión geopolítica en la región.

domingo, 25 de septiembre de 2011

Crisis económica de los Estados Unidos


La economía de los Estados Unidos atraviesa el peor momento de su historia, ahora considero que es poco recomendable comparar esta situación con lo que vivió en los años 30 con la gran depresión, puesto que las condiciones políticas y económicas han cambiado, para ese entonces, Estados Unidos aún estaba afianzando su posición de país potencia en el mundo, existía un Reino Unido en declive, la Unión Soviética aún no era rival para EEUU y la China no existía en el plano internacional. Por último el mundo no tenía un proceso de globalización tan profundo como el de ahora, en conclusión el mundo ha cambiado y esta crisis del imperio del mundo parece ser el verdadero comienzo del fin. Analizaremos por partes lo que ha llevado a esta situación al imperio más grande del mundo estar al borde del precipio.

Los Estados Unidos en la década del 90’ tenían una alegría propia de envidiar, pues habían derrotado a quien por durante 40 años había sido su rival más cercano a pisarle los talones, la Unión Soviética, este imperio del otro lado del mundo, cayó preso de las contradicciones propias de su sistema político-económico y se auto destruyó dejando la cancha libre para que Estados Unidos se colocase como el único gobernante del sistema político internacional. Esta euforia producto de la victoria, se tradujo en una prosperidad económica en la década del 90’ las inversiones extranjeras directas aumentaron considerablemente, las utilidades de las empresas se fueron por los cielos e incluso salían personajes como Fukuyama a declarar “el fin de la historia” porque el ser humano había encontrado el sistema político y económico que se acoplaba a sus necesidades, la democracia y el capitalismo.

      Pero estas predicciones llegaron a su fin. En el 2001 el mundo entró en nueva etapa, la cual no tardaría mucho tiempo para dejar ver sus efectos. La caída de las torres gemelas marcó un antes y un después tanto en la economía como en la política exterior de los Estados Unidos. George W. Bush había llegado al poder y su intención era clara de querer apoderarse del petróleo de Irak a como de lugar y como un regalo de dios un grupo de fanáticos árabes se trajeron abajo la insignia del sentimiento estadounidense. Esto fue el pretexto ideal para iniciar una carnicería en las tierras del medio oriente, la causa real de todo ello era el “PETRÓLEO”.

Una vez terminado la invasión de los Estados Unidos en Irak, empezó otra fiesta financiera, las empresas petroleras empezaron a llegar a Irak bajo el eslogan de la reconstrucción nacional, el cual fue un mero eufemismo que encubría sus verdaderas intenciones de saquear todo el petróleo posible y así sucedió. El gobierno de turno iraquí empezó a conceder licitaciones en las cuales prácticamente Irak regalaba su petróleo a estas transnacionales y con ello la economía de los Estados Unidos empezó a tener un nuevo dinamismo económico. Pero las empresas no contentas con ellos siguieron con hambre de querer más y más poder lo que llevó a los Estados Unidos a la situación que explicaremos en el siguiente acápite.

La bonanza económica que se estaba dando en este periodo se vio reflejada en las economías del mundo, mayor aumento de las exportaciones e importaciones mundiales, mayor intercambio financiero, la pujante industria china  tiraba hacia adelante la economía mundial y los Estados Unidos seguía imparable en su crecimiento. Entonces las empresas de Estados Unidos empezaron a especular en los precios de las viviendas, ¿por qué? Porque invertir en dichas propiedades era una inversión segura y muy rentable, entonces la especulación financiera empezó a hacer su trabajo.

      Por un lado los especuladores por el lado de la oferta empezaron a ofertar una serie de casas que aún no estaban construidas a los compradores, los cuales empezaron a pagar por adelantado la adquisición de estas casas, pero estas inmobiliarias se hicieron de tantos compromisos que al final no tenían como cumplir con todos a la vez. Por el otro lado, los bancos jugaron su propio rol y empezaron a conceder préstamos a los compradores, sin hacer un estudio previo si estos podían hacerse acreedores de dicha deuda, lo que llevó a que muchos de los que adquirieron una deuda no tenían como pagarla y así se fue acumulando de poco a poco la deuda hasta que llegó un día en el que la economía no soportó más vivir de propiedades ficticias y de promesas de pago incumplidas y se vino todo abajo. ¡LA CRISIS HABÍA COMENZADO!

            ¿Y el gobierno de los Estados Unidos que hacía por mientras? Pues bien, el gobierno federal en vez de parar esta “orgía económica” de los empresarios, les daba más herramienta financiera para que siga la bonanza económica de manera desmedida. Las tasas de interés (esto se define como el precio del dinero) las empezaron a disminuir cada vez más y más para que de esa manera se animasen a seguir haciendo acreedores de más y más deuda.

            George W. Bush no contento con el regalito que les había dado a sus amigos de la élite estadounidense, empezó a quitar una serie de regulaciones al sistema financiero lo que hizo de esta fiesta económica más atractiva aún, puesto que no había quien los controlase y se desbandaron llevando la economía a los límites máximos. Por otro lado el regalo de la entrega de las refinerías petroleras a las transnacionales había resultado ser un regalo muy caro de mantener, pues la guerra de Irak empezó a demandar demasiados recursos financieros, los cuales no fueron previstos, puesto que no se imaginaron que el heroico pueblo de Irak iba a resistir así como en su momento lo hizo Vietnam contra las fuerzas invasores y dieron una lucha intransigente de la cual hasta el día de hoy los Estados Unidos sigue buscando la manera de controlar, la guerra de guerrillas que terminó derrotando a los Estados Unidos en Vietnam, estaba cumpliendo el mismo cometido en este nuevo episodio bélico. Este enorme gasto de dinero por parte del sector público empezó a generar una inflación sustancial en los mercados internacionales (por regla de la economía, a mayor emisión de dinero y una producción constante se produce inflación).

            Pero la Guerra de Irak no solo trajo como consecuencia un gasto inmenso de dinero por parte del gobierno de los Estados Unidos, si no también hizo elevar el dinero del petróleo a nivel mundial, debido a la inestabilidad política de una de las regiones con la mayor cantidad de reservas de dicho oro negro. Esto llevó a que la crisis energética producida por el aumento indiscriminado del precio del petróleo llevará a inflar los costos de la producción mundial y del transporte en general, ello trajo una nueva consecuencia, el aumento de los precios de los alimentos.

            La crisis energética había arrastrado al fango a la producción alimentaria mundial, pero esta se da por dos razones fundamentales, primero, la ya mencionada, que es la elevación de los costos de producción y distribución debido al alza del petróleo y la otra por la designación irracional de mayor cantidad de hectáreas a cultivos de caña de azúcar y soya para la producción de biocombustible dentro del marco de una “política energética que cuide el medio ambiente”. Este acto de inhumanidad trajo la disminución de la producción alimentaria, la cual muestra rostros desgarradores actualmente tal y como lo que sucede en Somalia, Uganda o Etiopía en el África.

            Todo este efecto dominó llevó a que los inversionistas mundiales, luego de haber despertado de la resaca de la tremenda fiesta que habían vivido, a retirar toda las inversiones que tenían debido a que perdieron la confianza en los mercados financieros.

            Como vivimos en un mundo globalizado en donde todo lo bueno y lo malo se transmite, la crisis no fue la excepción, no tardó mucho en repercutir la crisis de los Estados Unidos en sus países con mayor intercambio comercial y así empezaron a caer uno por uno, primero fue Dinamarca, que fue el primer país de la Unión Europea en declararse en recesión, le siguió Estonia, Letonia, Irlanda que se declaró en recesión con una deuda externa que sobrepasa el 132% de su PBI total, llegando a Asia Pacífico, donde el primero en caer fue Hong Kong, seguido por el Japón, el cual había dejado de crecer hace mucho tiempo, pero para terminar de cerrar con broche de oro, la crisis se vino a traer abajo el crecimiento económico nulo de los nipones. Pero la crisis seguía expandiéndose como un mal endémico y llegó a América Latina y el primero en verse afectado fue México, país sumamente dependiente de los Estados Unidos (es el destino del 80% de las exportaciones mexicanas y el 70% de lo que importa lo hacen de los estadounidenses).

            Pero lo curioso de todo esto es que cuando la crisis llegó a América del Sur sucedió lo que parecía un milagro, el Perú, Brasil, Uruguay y Venezuela no se vieron tan afectados como si lo estaban los países como México y América Central ¿POR QUÉ? La respuesta estaba al otro lado del Océano Pacífico, la respuesta era la CHINA. Este inmenso país asiático con más de 1.200 mil millones de habitantes cuenta con un mercado de consumo interno muy dinámico, el cual salvó de por momento a una parte de la economía mundial. El Perú como los otros países mencionados desde comienzos de la década del 90’ empezaron a ser cada ves menos dependientes de los Estados Unidos en materia comercial, al diversificar los mercados y empezar a dirigir sus mercancías a los mercados asiáticos. China fue un gran receptor, el alimentar al pueblo chino requería de uvas, frutas y todo los demás productos que poco a poco empezaban a desaparecer o a encarecerse en los mercados nacionales debido a que lo mejor de la producción nacional era destinado a la China.

Pero no solo alimentos era lo que China nos empezó a comprar, la demanda mundial de minerales por parte de la industria china hizo que los precios de los minerales se vallan por los cielos, lo que beneficio doblemente a la economía nacional, primero porque le vendíamos más minerales a los chinos, y segundo por que pagaban más por este mineral, lo que trajo como consecuencia que las pérdidas obtenidas por el descenso de las exportaciones peruanas sean recompensadas con los ingresos provenientes de los minerales. No es materia de discusión de este artículo si el dinero que ingresó por las sobreganancias mineras fue distribuido de manera correcta o no entre los peruanos, pero creo que ya es sabida la actitud que tomó el gobierno de Alan García ante esta situación.

      Pues bien, ahora volvamos a los Estados Unidos, punto inicial de la crisis internacional, empezaron a buscarse posibles soluciones a la crisis mundial, pero estas no llegaban. La elección de Obama como el salvador de la crisis generó grandes expectativas en los mercados internacionales, lo primero que empezó a hacer Obama es a expandir el gasto público para poder suplantar aquellos sectores donde el sector privado se había contraído, para así generar producción, empleo de mano de obra, aumento del poder adquisitivo, mayor consumo y así generar el efecto multiplicador de Keynes. Pero la situación no era fácil, pues la crisis actual, ya tenía internalizada la inflación, la cual empezó a empeorar debido a la gran cantidad de dinero inyectada al mercado por parte de los Estados Unidos.

      No solo eso, la situación de la deuda externa de este país empezó a empeorar, y esto debido a que Estados Unidos estaba acostumbrado a gastar mas de lo que producía, Obama lo que hizo fue profundizar este gasto excesivo yendo a tocar las puertas a los bancos chinos para que estos puedan seguir prestándole dinero y así poder seguir manteniendo la economía nacional. Durante el 2009 y el 2010 se vivió una relativa paz económica en el gobierno federal, pues las medidas keynesianas a corto plazo siempre dan resultado efectivo, pero poco a poco se fueron apagando y la crisis se volvía asomar.

            Esta crisis empezó a agravarse este año y esta vez la cosa esta más grave aún. Grecia, España, Portugal e Irlanda han sido dentro de la Unión Europea los estados que han vivido los peores sustos, pues sus economías viven al borde de la quiebre económica, lo que significaría que dejarían de pagar sus compromisos económicos, ahondando más aún la crisis internacional. Por otro lado lo más temido de todo se está empezando a dar, China ha empezado a disminuir su consumo interno, lo que ha hace entrar a medio mundo en pánico.

El gobierno chino ante esta terrible situación no tiene mejor idea que hacer lo que Obama ya hizo y no ha funcionado: inyectar más dinero a un mercado mundial que ya tiene una inflación peligrosa. Este descenso del consumo interno chino se ha reflejado en que los chinos han dejado de consumir productos de otros países, la demanda de petróleo chino ha disminuido debido al paro de algunas de sus plantas industriales lo que lleva a que el precio del petróleo empiece a decaer, y la producción china empiece a tener sombras de una posible enfriamiento de su economía nacional.
En el otro lado del mundo, los Estados Unidos, ha entrado en una fase tan crítica de su economía, que a comienzo del mes de agosto del 2011 el congreso estadounidense tuvo que ampliar la cantidad de deuda permitida al fisco público para que así pueda seguir cumpliendo sus deudas, esta situación ha llevado a que una calificadora de riesgo halla disminuido el valor de la deuda de los Estados Unidos de AAA a AA+ ¿y eso que significa? Pues bien, significa que los Estados Unidos es ahora un país con menos probabilidades de pagar sus deudas que tiene, lo que conlleva a que los bancos pensarán ahora dos veces si le siguen prestando dinero a Estados Unidos, y los bancos que ya prestaron dinero estarán más ansiosos por querer que se les devuelva su dinero, lo que ha traído ya un lunes negro financiero, y lleve a los Estados Unidos a una situación histórica jamás vivida.

            La crisis del mundo se está agravando cada vez más y ahora veamos a nivel nacional como esto puede repercutir, primero, en el 2008 ya dejamos claro que el Perú se salvó porque teníamos en China un gran mercado de consumidores de nuestros productos que sostuvo a la economía nacional en medio de la crisis, pero en la actualidad si la crisis llega a estallar simplemente no habrá mercado chino que nos ayude puesto que este ahora esta atravesando por serios problemas de capacidad adquisitiva. Por otro lado, las compensaciones que se tiene por el alza del precio del oro (esto debido a que los inversionistas comprar dicho material por ser un buen refugio de riqueza ante la inestabilidad del dólar lo que empuja el precio hacia arriba) no alcanzaran por mucho tiempo debido a que si las pérdidas por descenso de exportación se agravan esto llevará a un déficit en la balanza de pagos.

 Conclusiones

            Dentro de todo este esquema lo más importante es salvaguardar la economía nacional, es así que es las posibles medidas que este gobierno esté pensando tomar al igual que sus colegas de América del Sur sea la de devaluar la moneda para compensar la perdida cuantitativa de las exportaciones y seguir manteniendo en equilibrio el ingreso por este sector. Otra de las medidas que se ha pensando tomar ante un embate real de la crisis es la creación de una moneda única dentro del marco del fortalecimiento de la UNASUR, tal y como lo propuso el ministro de economía de la Argentina, Amado Bodou, para poder suplantar como moneda de intercambio al ya devaluado dólar.  Otra de las medidas que podrían aplicarse es el fortalecimiento del mercado interno y del mercado regional, es así que la integración de las naciones sudamericanas será fundamental para poder resistir la peor crisis económica de la historia mundial. Por otro lado, las consecuencias geopolíticas de este colapso de los Estados Unidos, podría significar la llegada al poder máximo de la China, pero para que ello termine de suceder, China tiene que equiparar en poder económico y militar a los estadounidenses, cosa que no está muy lejos de suceder, pues el PBI chino es casi parecido al de Estados Unidos y en poderío militar si le faltaría aumentar para poder alcanzarlo, por otro lado este reacomodo de fuerzas políticas a nivel internacional, podría beneficiar a la región de Sudamérica en tanto y cuanto que nuestras naciones unidas al fin podrían conseguir la independencia económica de los Estados Unidos y si nos mantenemos unidas podremos resistir el intento de neo-colonización de la China y al fin ser un bloque sólido político y económicamente ante el mundo. Veamos en esta terrible crisis económica internacional la oportunidad de poder reivindicar nuestra soberanía nacional y hagamos de este problema una GRAN OPORTUNIDAD.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Liberalismo de Izquierda ?


El socialismo como doctrina política se puso en praxis en muchos países donde solo predominaba un partido único de clase y un estado muy fuerte que controlaba los medios de producción. Eso fue el caso de la Unión Soviética, Cuba, los países del Bloque del Este. Pero también se puede hacer mención de los países del bloque escandinavo ¿? Yo creo que sí. Si bien es cierto nunca fueron considerados países socialistas, su economía fuertemente nacionalista, un estado dueño de casi el 60% de los medios de producción le daban una fuerza única al estado, el cual dentro de un sistema de estado de bienestar, mantenía sindicatos fuertes y amplios derechos sociales.
¿Pero porque mencionar dicho referencia? Porque la diferencia radica en que en un bloque se vivió sin democracia, y en el otro se vivió en un sistema democrático. Entonces ante la inquietud de compatibilidad entre socialismo y democracia creo que si es factible, debido a que ambas lógicas pueden funcionar de la mano.
Por otro lado, la gobernabilidad del sistema no es incompatible con las reformas del sistema, la finalidad máxima del socialismo es llegar a un estado de bienestar dentro de la sociedad, donde no exista desigualdades de clases, pero considero yo que las desigualdades es algo muy utópico de eliminar. Quiero ser claro en esto para que luego no se ciernan sobre mi acusaciones de converso o algo por el estilo, pero pues desde la aparición de la propiedad privada siempre ha habido desigualdades, y si seguimos a Marx, eliminando está la acabaremos, lo cual considero cierto, pero la pregunta es ¿alcanzaremos un bienestar pleno? La respuesta la dejo a criterio del lector.
Por otro lado, analicemos que nos da un estado de bienestar donde la democracia y principios socialistas pueden convivir, eso ya se ha dado como repito en países como los de Escandinavia, el Brasil de Kubitscheck, Argentina de Perón entre otros, que si bien no se declararon países socialistas, se pudo llegar a tener un estado de bienestar que las grandes mayorías lo pudieron gozar, a lo que voy es que el socialismo como programa ideológico asumo que es correcto, pero en la praxis por la configuración del sistema-mundo es muy complejo la instalación de dicho sistema cumpliendo todos los lineamientos ideológicos.
Resalto con mucho énfasis en las tres cosas que Salvador Oré resalta del liberalismo: la valoración de las instituciones, la libertad individual y la pluralidad. Y pongo énfasis que en determinados contextos el primer punto a veces se tiene que dejar de lado por el interés nacional. Por otro lado ya con los ejemplos que di, creo que es factible tener un gobierno de izquierda liberal con una economía no de libre mercado, si no con un modelo neo-keynesiano como el que ya se está aplicando en muchos países de América Latina hoy por hoy. Coincido nuevamente en las deficiencias que le encuentra al liberalismo político, pero justamente se trata de mezclar ambas programas ideológicas para poder tener un gobierno con visión social, capacidad de gestión y con visión de futuro.
Hay una frase comentada por Daniel Contreras que es perfecta, la citaré textualmente: “El marxismo que se queda en un estado teórico se enquista en su escritorio de biblioteca y pierde la perspectiva de resolver situaciones concretas, directas y palpables que demanda el pueblo. ¿Creen que a ese pueblo, por el cual luchamos, le va a importar mucho la teoría del marxismo?”  Creo que esto no merece mayor explicación, la sociedad actual requiere de un determinado pragmatismo para solucionar los problemas fundamentales, pero siempre y cuando estas pequeñas dosis de pragmatismo no caigan en indiferencia social.